Prueba de ingreso (Araiza, Xende, Shinshen//Hikaru)

FDI: A Shinshen//Hikaru la censo mañana pero ya tiene prueba, oks? pues nada ahi anda la cosa. Iba a esperar a que terminase el evento pero esto esta mas muerto que vivo asi que mejor empezarlo cuanto antes dentro de la gravedad, Ya sabeis lo de siempre una semanita para contestar a la prueba si no a inactivos, que esto tiene que ir mas liviano.

Las sombras de la gente en el Rukongai iban alargandose progresivamente mientras el sol concluia su viaje a traves de la bobeda celeste, las calles por el dia abarrotadas iban dando paso al silencio y a la quietud propias de la noche, mientras que en los bosques de alrededor los habitantes nocturnos se desperezaban preparandose para coger el relevo a los que se retiraban a sus madrigueras.

Tres personas (Araiza, Xende...) cada con sus motivos en particular se encontraban fuera de sus hogares cuando la noche les atrapo en sus oscuros brazos. Tres figuras que se fundian en la noche, dos de ellas corrian por los distritos del rukongai y la ultima saltaba entre la maleza, sin producir el mas minimo sonido alcanzaron las espaldas de sus respectivos objetivos y con un certero golpe en el cuello perdieron el sentido sin la mas minima oposicion.

Los tres secuestrados se despertaron en una fria prision, construida de solidos bloques de roca granitica (mu dura para puntualizar), se encontraban sin ataduras dentro de la prision. Por un pequeño ventanuco situado en lo alto de una de las paredes de la estancia se colaba la luz justa para que pudiesen verse las caras y que lentamente el aire de la celda se renovase.

Datos adicionales:

Spoiler:

PD: Para cuando despertais ya ha amanecido y hace un sol de justicia que parte las piedras (pero no las de la celda) y bueno ahora me toca pensar que hago a continuacion porque esto se me acaba de ocurrir, ale a pasarlo bien ^^

Ese día había salido temprano de casa para ir al bosque más cercano para entrenar y mejorar mis habilidades, sobretodo en agilidad. Me pasé el día entero entrenando sin darme cuenta que el tiempo pasaba hasta que apenas podía ver más allá de mi nariz.
Recogí mis cosas y me encaminé hacia mi casa. No había nadie en la calle, lo cual me hacía sentirme inquieta y preocupada. Además de la sensación de que alguien me estaba siguiendo. Giré una esquina cuando escuché un sonido detrás de mí. Apenas tuve tiempo de girarme cuando sentí un golpe certero en mi cuello, seguido de un terrible dolor. Sentí que todo daba vueltas y de repente oscuridad…
Me desperté dolorida. La cabeza me daba vueltas y sentía la boca reseca. Me veía todo borroso hasta que poco a poco, todo se volvió más claro. Estaba en una habitación que más bien me pareció una celda. Me puse de pie asustada.
“¿Dónde demonios estoy?” pensé para mí misma. Mira a mi alrededor y vi una puerta de madera. Me dirigí a ella y comencé a golpearla con el hombro pero después de un par intentos y con el hombro dolorido supe que no podría echarla abajo con mi fuerza.
Entonces me di cuenta de una pequeña ventana en el otro extremo de la celda. Me acerqué a ella pero apenas podía mirar a través de ella, estaba demasiado alto para mí. Pero sí podía ver una sombra que pasaba por delante de vez en cuando. Entonces supe que me estaban vigilando.
Caí de rodillas cada vez más asustada por momentos, pero después de un minuto de respirar profundamente me serené y empecé a pensar con frialdad.
Miré a mi alrededor buscando alguna posible vía de escape cuando vi dos personas más en la misma celda. Suspiré tranquila al saber que no era la única en esa situación tan peliaguda y me acerqué al más próximo a mí y le zarandeé suavemente para que despertara.
-Ey, ¿estás bien? Despierta.

FDI: Perdón por el retraso!! He estado muy liado últimamente, pero ya puedo contestar sin problemas. De Haraz no se nada de nada... ya veremos que hace. En fin, empiezo con el temilla.

DDI: El sol se esconde en el horizonte, huyendo de una oscuridad que, en parte, él mismo provoca con su temor a la noche, a la fría e implacable noche. Las sombras crecen sin cesar, sus proyecciones se alargan hasta fusionarse con sus hermanas formando así, como cada día, la oscuridad perfecta para salir de mi cubil e ir a entrenar... –No hay nada mejor que entrenar en la oscuridad de la noche, antes solía hacerlo durante el día, pero desde que resido a las afueras del distrito 12...- A la espera de la llamada de la academia de Shinigamis –... me veo obligado a seguir una estricta vida nocturna. A todo esto... ¿porque me lo estoy contando a mi mismo?- Así pues, tras refrescarme un poco la cara, recogí mi Bokken de cerezo que permanecía apoyado en la pared desde la noche anterior, y me lo até a la espalda; como cada noche. Haciendo caso omiso del hambre -ya recogeré algunos frutos por el bosque- Terminé de hacer todos los preparativos, pues no podía dejar la cueva totalmente descubierta a ojos de cualquier curioso nocturno como yo. -Aunque cualquiera podría ver que detrás de este montón de ramas hay una cueva...- Recogí también el pequeño frasco de cerámica, y procurando no mirarlo más de lo necesario lo anudé al lado izquierdo de mi cintura.
Hecho esto salí por fin de la cueva, terminando de colocar las ramas que supuestamente la ocultaban, y me dirigí hacia lo más profundo del bosque, donde sabia que había un claro perfecto para mis entrenamientos nocturnos a la tenue luz de la luna y las estrellas.
La noche parecía mucho más tranquila que de costumbre, más fría, más calculadora... más mortal. Ni un sonido, salvo mis suaves pisadas sobre las hojas secas, tuvo la osadía de irrumpir en el silencio de la señora de la noche... todo parecía muerto, ni búhos, ni gatos... ni bandidos... Decidí no darle ninguna importancia, pues de hecho ninguna tenía, y seguí caminando hacia mi preciado claro canturreando una canción al tiempo que comía unas bayas recién arrancadas...-Turururu... la-la-lala, que buena esta, esta baya recién cortáá- Cuando de repente, sin siquiera percibirlo, alguien me propinó un potente golpe en la nuca... todo me daba vueltas, y un penetrante olor a sangre inundó mis fosas nasales... -Mierda, ¿¡como no he podido darme cuenta!? Solo espero que no me roben ni el Bokken, ni la pequeña urna de cerámica... por todo lo demás pueden dejarme desnudo...-

Cuando desperté el calor era insoportable... curiosamente no me dolía la cabeza a causa del golpe de anoche, ¿lo debí soñar? No, por supuesto que no... Estaba encerrado en una celda junto con dos chicas, De tener amigos pensaría que es cosa suya, y que estoy encerrado aquí con estas dos como regalo de cumpleaños...- Muy a mí pesar lo único que echaba en falta era el Bokken y la pieza de cerámica... pero pensé que, al estar cautivo en algún lugar, mis carceleros lo estarían guardando. -Lo recuperaré como sea, abriéndome paso a mordiscos si es necesario...- Finalizado ese corto razonamiento, carecente de sentido sin duda para muchos, seguí inspeccionando la celda... no era muy grande, aunque si había espacio más que suficiente para tener encerrados a tres individuos. Para mi sorpresa una de las otras chicas también estaba despierta... (FDI: la describiría, pero no esta su ficha, así que no puedo decir nada sobre ella xD)DDI: –Parece bastante nerviosa... supongo que no es de extrañar... ¿le esta atizando a la puerta con el hombro?... acaba de ver el pequeño ventanuco por donde se cuela la poca luz que nos ilumina... y eso que ya debe ser mediodía... la ventana parece estar bastante alta...- Mientras seguía divagando y pensando cosas totalmente banales, mi compañera de celda reparó que no estaba sola; y se dispuso a despertar a la otra chica.
- Ey, ¿estás bien? Despierta.-
Aproveché ese instante en que estaba distraída para levantarme yo, haciendo el mínimo caso a la puerta, pues ya se veía que a golpes no la tiraríamos, me dirigí hacia la ventana... –Joder, si que esta alta, aunque claro que yo soy más bien bajito... de todas formas, con esto no hacemos nada, no hay más que esperar a que venga alguien a decirnos que hacemos aquí, y de paso que me de explicaciones sobre el paradero de mis pertenencias... ¿Qué cojo...?- Mientras inspeccionaba la ventana pude ver la sombra de unos pies que pasaban cerca de esta, lo cual me reveló que nos estaban vigilando, luego no había ninguna duda de que en un momento u otro vendrían a decirnos algo. Me acerqué entonces a las dos chicas. La que ya estaba despierta estaba zarandeando a la otra...
-No parece que vaya a despertarse... ¿tú estas bien?-
Pude observar mejor a mis dos compañeras... la que aun restaba dormida tenía una larga melena negra, que caía ondulada por su cuerpo, era bastante morena de piel. Sin darle tiempo a responder me acuclillé a su lado y le dije:
- Pareces nerviosa, pero tranquila, que si aun estamos vivos es porque así nos quieren. Por lo que no creo que vayan a tardar mucho en sacarnos de aquí, o en su defecto, en rematarnos... A todo esto, ¿quien eres?-